Desde el punto de vista nutricional, hay alimentos que impulsan ciertos procesos a nivel cerebral, otros que favorecen y otros que agravan.
El objetivo de una sana alimentación es ayudar al cerebro a funcionar mejor y disminuir aspectos que interfieren en las conductas y procesos de aprendizajes deseados.
En la dieta de los niños hay alimentos que deben estar en la ingesta diaria como:
· Proteínas: En cada una de las comidas y especialmente en las primeras horas de la mañana no pueden faltar, porque ayudan con la capacidad de concentración y atención.
· Carbohidratos complejos: Verduras, frutas, cereales integrales y granos, por su alto contenido en fibra, evitan cambios abruptos en los niveles de glicemia. Además, aportan energía (ahorran proteínas) y son imprescindibles para los tejidos conectivos y nerviosos.
· Ácidos grasos omega 3: Atún, salmón, otros pescados de agua fría, nueces, linaza, entre otros, porque favorecen las capacidades cognitivas.
Algunos alimentos o sustancias están prohibidos por la Academia Americana de Pediatría, porque su consumo altera la salud de los niños y desencadenan un factor riesgo, como, por ejemplo, los colorantes, saborizantes, conservantes y aditivos. Indica la AAP que el consumo de azúcar no debe sobrepasar el 10% de las calorías del día.
Igualmente, hay alimentos que inducen a la calma y favorecen los procesos de sueño y hay otros, que los dificultan y alteran.
Las cenas que favorecen el sueño:
· Deben no contener grasas: provocan insomnio.
· No tan alto el contenido proteico: porque se reduce la síntesis de la serotonina, neurotransmisor involucrado en la regulación del ciclo de sueño y vigilia. Y a la vez, se aumenta el nivel de adrenalina, elevando el grado de alerta en el cerebro.
· No embutidos: no deben consumir nunca los niños. Entre los aspectos negativos es que estimulan la norepinefrina, neurotransmisor que activa el cerebro.
· No carbohidratos simples: las frutas como el mango tienen un alto contenido de azúcar; bebidas o alimentos lácteos o derivados como el queso, porque son difíciles de digerir.
· No lácteos ni derivados: contienen un aminoácido que estimula la liberación de adrenalina y noradrenalina, lo cual mantiene activo al cerebro.
Alimentos que inducen a la calma y el sueño:
· Verduras tanto crudas como cocidas.
· Frutos secos.
· Ricos en magnesio: Aguacate, semillas de calabaza, pescado, nueces, semillas de sésamo o ajonjolí.
Es importante que consideren la alimentación como un aspecto fundamental en el neurodesarrollo de sus hijos. Acá en este artículo solo mencioné cómo influye en los procesos de atención y el sueño, pero son muchísimos más los desencadenantes para lo positivo como para lo negativo.
Es necesario que consulten a un especialista en el área, a un médico Nutriólogo Infantil, porque cada caso es diferente, con una historia clínica y de vida distinta y sobre esta individualidad, el especialista hará el menú que le conviene a tu hijo para potenciar su Neurodesarrollo.
El objetivo de que tengas un menú basado en las características de tu hijo es que vas a tener un mejor funcionamiento de su cerebro y por lo tanto, optimizarás su desarrollo.
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